Un viaje en carretera y un limbo emocional, por favor.
Un vistazo al viaje de la vida. (O en carretera, es lo mismo)
Bienvenidas Musas
Hablemos de la sublime línea entre la vida y un viaje en carretera.
Los viajes en carretera: Esos días eternos entre bocadillos, música y una ventana reflejando el paso del tiempo. De las cosas más hermosas y agobiantes de la vida.
Recuerdo mi niñez en la que el carro era mi segundo hogar o así lo recuerdo yo. Los humanos nos guiamos muchas veces con la nostalgia, hay objetos o personas que nos abrazan con esa sensación de la comodidad: Lo conocido. Hay cierta belleza y molestia cuando nos encontramos con esas entidades (Juguetes antiguos, películas de la infancia o pasar por nuestra Cornelia street), por eso podemos evitarlos o recurrir a ellos cuando la situación lo amerita y es algo normal —no hablo de tu ex, déjalo ir —.
No me considero una persona nostálgica. Incluso, puede que a veces sea una futurista —tampoco es lo mejor—. Pero hay ocasiones en las que permito que la nostalgia me abracé, normalmente es poniendo las mejores series de la industria un fin de semana (Monster High, Winx Club, Ever After High, Barbie: Life in the Dreamhouse), pero, los viajes en carretera son como si se abriera una puerta a mi mente.
Una puerta a mi mente, sus emociones, la nostalgia y el futuro. Una puerta que se abre al entrar al carro y se quedará cerrada hasta llegar a tu destino. Pueden ser dos o quince horas, puede ser un destino emocionante o no, pero durante ese tiempo solo serás tú, tus audífonos y un limbo emocional.
Esta semana me fui de viaje escolar. No sé si era el calor, las nueve horas de camino o el hecho de que tenía dos asientos para mi sola, pero me dejé sumergir en recuerdos e ideas a lo largo del recorrido.
Musas, bienvenidas a mi mente.
Hace relativamente poco tiempo, mi grupo de amigas me hizo a un lado, y no pude dejar pasar que mi vida siguió, que en ese momento estaba camino a un evento escolar importante igual que hace un mes atrás; seguía ahí, y mejor que nunca.
La vida no se acaba cuando termina una relación o algo cambia
Y eso se lo tuvieron que haber dicho a mi yo de hace un año: Porque cuando hace un año atrás algo similar ocurrió, yo me cambie de escuela.
Es cierto que esa decisión no fue algo tan exagerado para mi como para las demás personas: Aclaremos que yo he tenido una mezcla de sistemas educativos toda mi vida, y hasta hace poco “La escuela” en su sentido convencional no era algo principal en mi rutina, yo podía —y en cierta medida, puedo — cambiar a educación en casa o cualquier otro sistema cuando tuviera ganas.
Pero el hecho está ahí, y ahora todo ha cambiado. O mejor dicho; Yo he cambiado.
Eso me hizo recordar todo lo que he hecho en el año escolar, o lo que he hecho desde la pandemia y lo orgullosa que estoy de mi persona.
Hablando de la pandemia, qué mejor nostalgia al estar encerrada en un carro que la cuarentena. Todos recordamos ese tiempo, fue una desconexión que nadie esperaba e irónicamente fue el momento en que más nos conectamos —Memorias de Amino y TikTok en su tiempo más raro —.
La forma de comunicarse cambió, y la gente se enteró por fin de las problemáticas sociales, NO es casualidad que a partir de 2020 hubo una nueva ola de luchas sociales. Creo que fue un tiempo necesario, algo que nos sacó a todos de la rutina y nos hizo dar un vistazo al mundo, un limbo que nadie sabía cuánto duraría y en consecuencia actuamos como buenos humanos aburridos: Reflexionamos.
Ahora bien, no se trata de romantizar la pandemia, no dejaré que la nostalgia me ciegue e ignorar el lamento de millones en ese tiempo. Pero a veces hay que dejar ir y aceptar que ya pasó. —Deja ir el cubrebocas, te ves mejor sin el —
Es increíble cómo las cosas pueden cambiar de forma repentina, o en contraste cambiar de forma tan sublime que hasta que analizas tu vida en un viaje en carretera te das cuenta que ha cambiado.
Pronto volveré a viajar, iré a un campamento de algunos días al que he ido cada cuatro meses desde hace varios años. O así era hasta el verano pasado, ya que quería concentrarme en la escuela —¿Notan el cambio?—. Volveré a ver a esos amigos después de un año, y estoy emocionada. Ellos son diferentes a mis demás relaciones, ya que ellos han tenido padres similares a los míos, y con esas personas es algo diferente; un limbo de cuatro o cinco días en los que sucede de todo y a la vez nada, una confianza diferente. Un mundo diferente.
Esa conexión es posible por mi crianza. La crianza: tu personalidad y tu persona se van a desarrollar depende de tu crianza. Es algo aterrador si lo piensas, no puedes saber qué ideas son tuyas y cuáles son respuesta a tu crianza hasta que las analizas a fondo. La psicología no suele ponerse de acuerdo con los psicólogos, las ideas discrepan y cambian con el tiempo. Supongo que solo es estar consciente de eso.
Estar consciente, ¿de qué? de todo: De tus ideas, de tu crianza, de las problemáticas sociales, de cuando la nostalgia te está cegando, cuando el futuro te está fastidiando, cuando tu vida ha cambiado, de tu vida. O que ahora estás llegando a tu destino y tienes que ir guardando tus cosas.
¿Pero qué importa todo esto? igualmente lo vas a olvidar hasta el próximo viaje en carretera.
Has llegado al final de este viaje, guarda tus cosas y recoge la basura. Nos vemos en el próximo viaje Musa.
Sofi Manon, fuera.